Hopkins se mide hoy a Dawson en Los Ángeles

NUEVAYORK. Bernard Hopkins, a los casi 47 años de edad, sigue en el cruce de guantes… y esta noche, en su condición de campeón mundial, subirá al cuadrilátero para arriesgar su corona de los pesos semi completos ante Chad Dawson.

NUEVAYORK. Bernard Hopkins, a los casi 47 años de edad, sigue en el cruce de guantes… y esta noche, en su condición de campeón mundial, subirá al cuadrilátero para arriesgar su corona de los pesos semi completos ante Chad Dawson.

El combate, avalado por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tendrá como escenario el Staples Center de la ciudad de Los Ángeles, California.

La pelea, que ha tenido una ruidosa promoción en Estados Unidos, podrá ser vista -en la función Pague por Ver- en esta ciudad de Nueva York.

Hopkins, quien se adueñó del cetro al derrotar por decisión unánime al haitiano-canadiense Jean Pascal, quiere seguir consolidándose como el campeón del mundo de más edad en la larga historia del boxeo.

Y muchos expertos creen que sí, que volverá a bajar del cuadrilátero con la sonrisa del triunfo cuando enfrente a Dawson.

Tras su victoria ante Pascal, a los 46 años, Hopkins se convirtió en el boxeador de mayor edad en conquistar una faja del mundo. Borró la hazaña que en 1995 estableció George Foreman cuando derrotó, por nocaut en el décimo round, al zurdo Michael Moorer. Foreman tenía 45 años cuando ganó el cinturón de los pesos completos.

Como el vino.
La frase de que “el vino, mientras más viejo mejor”, puede endilgársele a Bernard Hopkins por lo grande que ha sido en el ring.

Y es que mientras más edad tiene, pues mejor desempeño se observa en su “trajinar” en los ensogados. Según los reportes llegados a Nueva York, salidos de la conferencia de prensa que Hopkins y Dawson ofrecieron en Los Ángeles, ambos están “ansiosos” que llegue la hora del combate. Pero, ¿realmente podrá Hopkins de nuevo salir airoso ante un rival 15 años  -o más- más joven que él?, preguntan analistas boxísticos.

Los más osados expertos no evaden dar una respuesta al manifestar que el viejo Hopkins es un boxeador “impredecible” porque cuando sube el cuadrilátero siempre luce en inmejorables condiciones físicas lo que lo avalan para que se le considere un ganador sobre cualquier rival, sin importar su calidad.

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